LA ACONCOJADA HISTORA REFLEJADA A ORILLAS DEL MAR

LA ACONCOJADA HISTORA REFLEJADA A ORILLAS DEL MAR
Triste y Abatido el Puerto Mollendino

Al atardecer  más  profundo  cuando el sol llega al punto en que guarda en él, aquellos rayos indomables que en su constante rebeldía, sólo uno de ellos, el más fuerte, el más testarudo, él, intersecta la línea del ocaso, que perfectamente casi imposible y no creíble roza una de las paredes del emblemático   “CASTILLO FORGA” ; dándole una pisca de misterio a este estilo arquitectónico ecléctico que se conjuga con las diversas composiciones que lo definen, como el estilo neogótico, cornisas de estilo neoclásico, ornamentos de estilo barroco y el remate de estilo medieval a la usanza del siglo XIII.
Como es que aquel castillo que fue testigo del encuentro natural de sol y el mar, del abrazo incondicional  en que la luna con sus ojos  invade  una a una los ventanales para pasarse en la piscina del castillo, donde entre risas y carcajada aún se les escucha en lo mas profundo del alma a las hijas del señor Forga disfrutando de aquellos días veraniegos.
Como es que aquel castillo que entre fecha y meses se apropio del pueblo Mollendino siendo símbolo hasta nuestros días  de aquella mansión de ilusiones de Mollendo, símbolo del Puerto Bravo.
El Castillo Forga sin darnos cuenta se ha convertido en una historia que se pierde en el tiempo, pero ¿Quién fue aquél de tan imponente decisión  de construir un castillo en puerto Mollendino? ¿Por qué escoger un pueblo pequeño que recién empezaba a crecer? ¿Qué se tenía deparado para el futuro de Mollendo?
Retrocedamos en el tiempo; 1868, aunque no lo sepa el pueblo de Mollendo, esta fecha marca el inicio del hasta ahora “Símbolo Mollendino” pues es en este año en el que nace un varón de nombre Miguel Forga Selinger, natural de Arequipa, hijo del pionero de la industria textil del siglo XIX, el catalán Miguel Forga Barnach y la dama arequipeña Julia Selinger Gómez, que residía en la calle la Merced (Arequipa) junto a la casa de Cornejo Iriarte, quien seria en un futuro el culpable del misterio y admiración de aquel “Símbolo Mollendino”; Cornejo hizo estudios de arquitectura en Valencia-España, fue abogado y periodista.
Dos hombres y un símbolo, ingenio y habilidad, Forga y Cornejo; dos personajes que forman parte de la historia de nuestro Castillo Forga.
José Miguel Forga, comerciante arequipeño mandó a construir este castillo, los trabajos se iniciaron en 1908 y concluyeron dos años después (1910), siendo autor del proyecto y ejecutor de la obra el arquitecto arequipeño Gerardo Cornejo Iriarte. ¡Que obra tan exquisita!   
Forga se ganó el apelativo de “hijo del diablo” por gente envidiosa y conformista.
La vida del castillo aunque un poco alejada de la ciudad, forma parte de la escena cotidiana, pero también de una versión dela “belle è poque limeña(1)  teniendo como escenario el inmenso mar, postrado sobre un peñón. Los trabajadores ferroviarios fueron testigos directos de las actividades en los interiores de la “Casa Blanca”, así lo denominaban por el mercado, por el color de la piel de sus inquilinos.                       


 El Señor Forga incursionó e el comercio de algodón, pero no tuvo éxito por la crisis mundial de 1929. El gobierno confiscó el castillo por deudas de impuestos al Estado. La otrora suntuosa familia cae en desgracia económicamente, al extremo que una de las hijas trabajó como empleada en el correo de Mollendo.
Ya solo, sin familia, siempre con paso lento propio de la senectud, manos atrás y cabizbajo, con su clásico sombrero borsalino, paletot café a rayas, chaleco con leontina, reloj de cuatro tapas, un bastón con empuñadora de nácar, pensando tal vez en su núcleo social o de aquellos fatalistas católicos que dan las espalda a los hombres en desgracia.
Finalmente falleció lejos de su familia y de sus amistades, el 28 de diciembre de 1940, sus restos descansan en un pequeño mausoleo neogótico en el Presbítero Matías Maestro de Lima, tenía 72 años.
El doctor Manuel Prado Ugarteche, presidente de la Republica, dona el castillo Forga al monseñor Leonardo Rodriguez Ballón, por sus oficios interpuestos en el Vaticano a favor del Presidente Prado para divorciarse de su esposa, la Sra. Rosa Garland de Prado y contraer nuevas nupcias con la dama Clorinda Málaga, recibiendo el sumo pontífice del presidente Prado, una regalía de 40 kilos de oro. El Castillo Forga donado a manos no Mollendinas, si en un principio nos preguntamos ¿Qué se depararía para el pueblo Mollendino? Pues esa fue la respuesta.
El castillo Forga es el símbolo de Mollendo, declarado Monumento Histórico de la Nación por Resolución Ministerial Nº 775-86-ED de fecha 30 de agosto de 1986.
Sustraídos muchos muebles y objetos de valor histórico, el Castillo Forga, propiedad de los sobrinos de Monseñor Rodríguez Ballón. Se encuentra abandonado y a punto de colapsar, ante la indiferencia de sus dueños y autoridades de la localidad.
Existe a acaso una persona o autoridad que tome en cuenta la problemática que está ocurriendo frente a nosotros en nuestro diario vivir. Cada día cada hora, se destruye poco a poco el Castillo Forga; la misma población mollendina lo utiliza inadecuadamente, pongámonos a pensar que el Castillo Forga lucha día a día para mantenerse erguido e imponente ante la indiferencia de hermanos indolentes mollendinos.
¿Dónde está el amor por lo que es nuestro, y el sentido de identidad? Que orgullosos el sentir que en nuestro puerto tenemos presente un Monumento Histórico, pero que vergüenza el saber que por manos mollendinas vemos caer nuestro CASTILLO FORGA.
Pero aun nada a terminado, este es el comienzo de una lucha inalcanzable por recuperar y restaurar lo que nos pertenece, tal vez no tengamos un documento firmado en el que se reconozca legalmente que es nuestra propiedad, pero lo sentimos nuestro con el alma mollendina. Nuestra I.E esta apoyando el patronato a favor del Castillo Forga, tengamos en cuenta que existe la ley de expropiación del Catillo, para esto tenemos que recaudar medio millón de soles , que es lo que nos piden los actuales propietarios, nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.
(1)    Bella época limeña, años mosos.
* Dentro del castillo se podía apreciar un pequeño oratorio, lugar destinado a la meditación y oración, hay un icono de la virgen de Monserrat (en aquellos años, el castillo Forga también fue conocido como el castillo de Monserrat).
Testimonio de Don Guillermo Aizcorbe Orihuela, vecino del Inclán, vivía muy cerca del Castillo Forga, de niño con sus amigos frecuentaba sus inmediaciones para pedir propina y admirar la belleza de las hijas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario